lunes, 24 de octubre de 2011

El amor es la droga más dura ~ .

Puede que sea el momento de empezar a asumir que lo que debo hacer, tendré que hacerlo. Aunque no me guste y prefiera otras opciones. No por nadie, no por opiniones, si no por mí. Por no tener malos días casi siempre, por no levantarme sin ganas por las mañanas, para poder sonreír de verdad, hasta que duela. Pero es tan difícil tener que dejar a un lado todo lo demás... que asusta. Y asusta porque ya es parte de mí, porque ha sido alguien que me ha cambiado, que ha dejado irreconocible a la persona que era antes. Está contrachapado a mi piel, y su nombre tatuado en miles de recuerdos, por todas partes. No hay nada que no me lo recuerde, y cuando intento algo, vuelve a mí. Y es que es imposible no tentar una vez más, no intentarlo ni respirar hondo y volver a empezar. Lo hacía todo tan sencillo... casi como respirar. Conseguía que me temblaran las piernas sólo con mirarme, hacía vibrar todas las partes de mi cuerpo, sin expceciones. Podía hacerme rabiar, o sonreír como una estúpida. Sacaba lo mejor de mí sin darse cuenta. Pero no fue solo eso. Porque por alguna erxtraña razón, yo cambié algo en él. Por muy pequeño que fuese ese detalle, él tampoco es el mismo después de mí. Y eso no se encuentra todos los días; no nos enamoramos de cualquiera, si no de quien el azar cruce en nuestro camino. No siempre hay alguien que corresponde lo que tú sientes, y que realmente vale la pena. Y aunque no lo mereciera, daría igual, quererle sería razón más que suficiente. Por eso no sé, no sale de mí eso de pasar página, ni de empezar de cero. Porque por muchas páginas que pase, habrá algo en la siguiente que bajo palabras lleve su nombre. Y aunque es lo mejor al fin y al cabo, sigo sin resignarme a olvidarlo todo y hacer como si nada. Sigue habiendo algo en mí que me detiene, que me dice que aún no está todo perdido y que arriesgue lo poco que me queda. Algo que siempre que me dispongo a olvidar, hace que pasen por mi cabeza todos los momentos a su lado, todas las sonrisas y las miles de alegrías que he tenido en esta vida por el simple hecho de que apareció un día, sin avisar. Y ¿sabéis? Eso es lo que hace que aún esté igual de dispuesta a luchar por lo que quiero que el primer día. Puede que no sea lo mejor, pero acaso ¿es mejor renunciar a algo que te hace feliz?

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